La minería es el proceso por el cual se introducen nuevas unidades de criptomonedas, como Bitcoin, en el sistema. También es el método utilizado para verificar y agregar transacciones a la blockchain pública, asegurando la integridad y seguridad de toda la red.
Los mineros usan equipos especializados, a menudo denominados "ASICs" (por sus siglas en inglés "Application-Specific Integrated Circuit"), para resolver complejos rompecabezas criptográficos. Al resolver estos rompecabezas, validan transacciones y las agregan a la blockchain. Como recompensa por este trabajo, reciben criptomonedas recién creadas, así como las comisiones asociadas a las transacciones que han validado.
Existen "pools" o "cooperativas de minería", que son grupos de mineros que trabajan juntos para aumentar sus posibilidades de obtener la recompensa de minería. Las ganancias de estos pools se distribuyen luego entre los mineros según el poder computacional que aportaron.
Es importante destacar que, al menos en el caso de Bitcoin, la dificultad de minería se ajusta automáticamente según el poder total de la red. Esto se hace para garantizar que la tasa a la cual se crean nuevos Bitcoins se mantenga constante, a pesar de las fluctuaciones en el poder global de minería. Así, cuantos más mineros haya y más poder tengan, más difícil será minar, asegurando una emisión estable de la moneda.